Siempre

Todo el tiempo,
hace falta enamorarnos.
Arreglar aquello que solo nosotros sabemos,
aquello que se esconde detrás del cielo gris
y crea tormenta un poco más allá de nuestra nariz.

Hace falta exorcizar los labios,
imaginar que el amor va más allá de su sexo,
de un par de viejas borrachas viajando,
del hombre que visita el hospital cuando enferma,
de un globo aerostático volando,
de los accesorios que se adquieren en la tienda,
o del ave con las alas caídas
descendiendo a la derriba.

Siempre es necesario andar por la vida,
aunque sea sin paracaídas,
porque la existencia es tan fugaz,
que se hace necesario vivir sin pena,
y solo aquel que está dispuesto a cumplir la condena,
puede pecar.

Hace falta,
tomar un pedazo de cielo,
aunque no existan pájaros en el nido,
aunque la lluvia nos enfríe,
aunque lleguen los granizos
y la luna no llegue a la cama
ni una vez a la semana.

Hace falta invitar a alguien
a pagar el precio de la libertad,
e incitarlo a dormir en el aren de los sueños,
y darle hampas de gloria,
un pedazo de sol,
una estrella estática,
un sacrificio ritual,
para bien o para mal.

Hace falta mandar dos ilusiones a volar,
y dejar que vengan dos mas,
colgarnos de sentimientos,
dejándonos robar,
hasta la ultima iris,
sin ir a otra cuidad.

Hace falta vivir por dos veces.
Entregar amor no solo en las mañanas,
encarcelar las tristezas,
sacar fuera a la terrible rutina,
darle un beso a la abuelita,
mandar al diablo toda soledad,
discutir con un funcionario corrupto,
recitar un poema de la generación del 78
beber cerveza con limones,
bailar como locos,
invitar a dormir en la cama o en el suelo,
tirar los envases vacíos
o intercambiarlos por corazones,
y mirarlos, mirarlos
una y otra vez,
siempre.
-Carmen

Fotografía: Carmen Guzmán